viernes, 5 de octubre de 2007

Cruzada Nacional del Rosario por México



Denme un ejército que rece el Rosario y vencerá al mundo" ― S.S. Pío X

Recuperaremos la nación con el rosario. Con María Santísima ¡Sí se puede!

Los graves males que se acumulan sobre nuestra patria son fruto del pecado, y no es necesario enumerar lo que todos sabemos. Hay una pregunta que exige respuesta: ¿Dónde están los frenos?

Arrollados por fuerzas y acontecimientos que nos superan, recordamos que El fundamento de nuestra certeza es la intercesión omnipotente de la Santísima Virgen. Poder que Ella pone a nuestra disposición por medio del Santo Rosario.

Y ese poder lo comprueba nuestra historia: Hernán Cortés ―mariano y guadalupano como buen extremeño― conquistó México con un puñado de hombres. Ha sido la conquista armada más portentosa de la historia dada la desproporción de las fuerzas.

Antes de entrar en la Gran Tenochtitlán se quejaban con él sus subalternos: “Eso no lo intentaron ni Alejandro ni los romanos”. Pero Cortés no sólo lo intentó, ¡lo logró!

Con ello, y desde el principio, María Santísima demostró su poder para instaurar el Reinado de Cristo que con su advocación de Guadalupe ―nombre nacido en Extremadura― vino personalmente a fundar en diciembre de 1531; dejando constancia de ello por su única imagen de origen celestial en el ayate de Juan Diego ante el obispo de México, fray Juan de Zumárraga.

Desde el Siglo XIX la Santísima Virgen ha pedido incesantemente al mundo el diario rezo del Santo Rosario por la salvación de las almas, la solidez cristiana de las familias, la conversión de Rusia y del Mundo. Si México se hunde, nos hundimos con él. ― Hagamos por tanto Cruzada inmediata por la conversión de México, la extirpación de las herejías y de todos las mentiras que nos dividen y disminuyen; y por la cristiana grandeza de México que alcanzaremos con el triunfo de Corazón Inmaculado de María en nuestros hogares y en nuestras vidas.

Meta del proyecto «Rosario Permanente por México»: Que dentro de un año no haya una sola cuadra, ni un solo poblado en las ciudades del país sin la dirección de por lo menos un adelantado del Santo Rosario para capitanear, cuadra por cuadra, la unión nacional en Jesucristo.

Funciones de cada adelantado: Organizar en su cuadra el rezo del Rosario, proveyendo a cuanto fuere necesario espiritual, cultural y materialmente, al rezo diario del mismo:

a) Una imagen de la Santísima Virgen.

b) Rosarios para cada vecino.

c) Instructivos para distribución en la cuadra, y para promoción fuera de ella.

d) Capacitarse y capacitar por medio de los misterios del Santo Rosario.

e) Ser el primero en vivir y demostrar las virtudes, vivir en gracia, comulgar.

f) Conocer y predicar las promesas de María Santísima a los devotos del Rosario.

g) Orar por el éxito permanente y definitivo de la Cruzada.

Las Quince Grandes Promesas

1) A todos los que recen devotamente mi Rosario, prometo mi protección especial y muy grandes gracias.

2) El que persevere en el rezo de mi Rosario recibirá alguna gracia insigne.

3) El Rosario será una defensa muy poderosa contra el infierno; destruirá los vicios, librará del pecado, disipará las herejías.

4) El Rosario hará florecer las virtudes y las buenas obras y obtendrá a las almas las más abundantes misericordias divinas; sustituirá en los corazones el amor del mundo con el amor de Dios y los elevará al deseo de los bienes celestiales y eternos. ¡Cuántas almas se santificarán por este medio!

5) El que se confíe en mí con el Rosario no perecerá.

6) El que rece devotamente mi Rosario, meditando sus misterios, no se verá oprimido por la desgracia. Si es pecador, se convertirá; si es justo, crecerá en gracia y tendrá la recompensa de la vida eterna.

7) Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos de la Iglesia.

8) Los que recen mi Rosario encontrarán durante su vida y en la hora de la muerte la luz de Dios, la plenitud de sus gracias y participarán de los méritos de los bienaventurados.

9) Libraré muy prontamente del purgatorio a las almas devotas de mi Rosario.

10) Los verdaderos hijos de mi Rosario gozarán de una gran gloria en el cielo.

11) Lo que pidáis mediante mi Rosario, lo obtendréis.

12) Los que propaguen mi Rosario serán socorridos por mí en todas sus necesidades.

13) He obtenido de mi Hijo que todos los miembros de la Cofradía del Rosario tengan por hermanos durante la vida y en la hora de la muerte a los santos del cielo.

14) Los que rezan fielmente mi Rosario son todos mis hijos muy amados, hermanos y hermanas de Jesucristo.

15) La devoción a mi Rosario es una gran señal de predestinación.

La magnitud de estas promesas, y su señalamiento de predestinación nos hacen ver el valor que ante Dios tiene cada rosario meditado y devoto. Todo él está apegado a la Sagrada Escritura, la que es piedra de toque de su autenticidad. A través de los veinte misterios divididos en Gozosos, Luminosos, Dolorosos y Gloriosos repasamos, cada semana, la historia de la Salvación. Obra del Amor de Dios. Don de perfección con sus Siete Sacramentos. Confirmación de su Amor llevado a los extremos del dolor y confirmación de su Victoria Definitiva a la que debemos seguirle.

Bendiciones del Rosario
1. Los pecadores son perdonados.

2. Las almas sedientas son refrescadas.

3. Aquellos que son soberbios encuentran la sencillez.

4. Aquellos que sufren encontrarán consuelo.

5. Aquellos que están intranquilos encontrarán paz.

6. Los pobres encontrarán paz.

7. Los religiosos son reformados.

8. Aquellos que son ignorantes serán instruidos.

9. Los vivos aprenderán a sobrepasar el orgullo.

10. Los muertos (las almas santas) aliviarán sus dolores por privilegios.


Los beneficios del Rosario
1. Nos otorga gradualmente un conocimiento completo de Jesucristo.

2. Purifica nuestras almas, lavando nuestras culpas.

3. Nos da la victoria sobre nuestros enemigos.

4. Nos facilita practicar la virtud.

5. Nos enciende el amor a Nuestro Señor.

6. Nos enriquece con gracias y méritos.

7. Nos provee con lo necesario para pagar nuestras deudas a Dios y a nuestros familiares cercanos, y finalmente, se obtiene toda clase de gracia de nuestro Dios todopoderoso.

Las oraciones fundamentales que lo componen son bíblicas:

La Oración del Señor (Mateo 6:9-13): «Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo. Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del malo.» Amén.

Un cambio reciente que se ha generalizado los últimos 25 años consiste en el cambio de el concepto deuda por ofensa. ¡No es lo mismo! Las palabras de Jesucristo Nuestro Señor respetadas dos mil años se deben seguir respetando tal como el las pronunció. El Señor conocía el concepto ofensa, ¡pero no lo eligió! Pudo añadirlo ¡tampoco lo hizo! ¿Conoce usted a alguien que no estuviera encantado de perdonar las ofensas con tal de cobrar?

La traducción tradicional de San Jerónimo del Siglo V, en vez de «líbranos del mal» decía más específicamente «líbranos del malo» referido al demonio; y es así, sólo de esta manera, un autoexorcismo que vale la pena conservar del Evangelio y de la tradición de los Padres. El padre Gabriele Amorth ―Presidente de los Exorcistas Internacionales― se queja continuamente del cambio reciente de “malo”, a un indefinido “mal” ¡que resta a la intención original del Señor!

El Ave María (Lc 1:28 ― 1:43-44): «Alégrate llena de gracia, el Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre, oh madre de Dios.» El resto: «Ruega por nosotros los pecadores ahora, y en la hora de nuestra muerte» es aportación tradicional de la Iglesia. Hay dos añadidos, un cambio circunstancial, y una reestructuración verbal para abreviar conservando el sentido original de la Escritura. Los añadidos son: las invocaciones de los nombres de Jesús y de María: Al “alégrate” añadimos “María”; y al Fruto de tu vientre añadimos “Jesús” (la invocación de los nombres comunica su poder a la oración). El cambio circunstancial es el “Dios te salve” en vez del “Alégrate” ÚNICAMENTE para los misterios dolorosos, en los que nos lamentamos con ella en su dolor que deseamos Dios haga llevadero. Absurdo es igualmente el decirle ante la proclamación de su divina maternidad por el Ángel, o del anuncio de la Resurrección del Señor un “Dios te salve”; ¿de qué? Las oraciones repetitivas son el trasfondo pleno de cada meditación en cada misterio. ―La reestructuración verbal se refiere a citar Lucas 1:44 que dice. ¿Quién soy yo para que la madre de mi Dios (o Señor) venga a verme? por el más apropiado “Santa María madre de Dios” que así le tributamos junto con Santa Isabel. Queda así:

«Alégrate María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios; ruega por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén»

Las traducciones modernas han cambiado el “Dominus tecum” de el Señor es, al el Señor está contigo. Puede traducirse de las dos maneras; pero estar y dejar de estar es circunstancial; ser es definitivo. Dios puede estar o no estar contigo o conmigo, según estemos en gracia o dejemos de estarlo. Pero la Inmaculada Hija del Padre, Esposa del Espíritu Santo y Madre del Hijo no tuvo una relación circunstancial, sino definitiva: ES contigo es lo obligado para diferenciar y exaltar debidamente a María Sma. ―Demostrativamente los párrafos alusivos de San Lucas comienzan atestiguando con la Autoridad del Espíritu Santo la grandeza de la Siempre Virgen: «Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz exclamó: ¡Bendita…!» (Lc 1:42-43)
Dios quiso tener Madre, derecho muy suyo que los falsos cristianos quieren negarle.

El Gloria (Mt 28:19): «Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.» Los evangelios se escribieron originalmente en griego, el idioma universal de la época junto con el latín. Y en griego, “todas las gentes”, “universal”, se dice Katolikos. De esta manera Nuestro Señor dio nombre y misión a la única iglesia fundada por Él para que fuera, y bautizara, en la Santísima Trinidad al mundo entero; conquistando para el único rebaño del único Pastor la totalidad (catolicidad) del mundo. Cada vez que rezamos el “Gloria” adoramos a las Tres Divinas Personas en Su Unidad Indivisible, y en Su derecho Absoluto a un mundo única y totalmente católico conforme a la voluntad del Señor expresada antes de ascender al cielo. Queda así:

«Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Así como era en un principio, lo sea ahora, y siempre, por los siglos de los siglos. Amén»

Otras jaculatorias: Dios mío: Creo, espero, te adoro, y te amo; y te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni adoran, ni te aman…Jesús mío te amo; líbrame de ofenderte y del fuego del infierno; salva a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Valor teológico del Rosario Meditado
Entendimiento y confirmación en la fe.

La Creación; caída, sentencia y redención; todo en función de la imagen.
En el principio dijo Dios: «Hagamos al hombre a imagen y semejanza Nuestra» (Gen. 1:26),
y recibimos los hombres por esa imagen la perfección y la libertad de los llamados a ser hijos de Dios.

Todo padre es consciente al transmitir la vida de los peligros de la libertad. Puede engendrar un mal hijo, y hasta un parricida. A mayor número mayor satisfacción, pero también mayor riesgo. La alternativa al riesgo sería no tener hijos, no amarlos.

¿Acaso no nos creó Dios a su imagen y semejanza para que lo comprendiéramos? Entonces, ¿por qué no nos hacemos cargo del inmenso dolor de Aquél que se permitió sufrir tanto para poder amarnos tanto?

El plan para perdernos no fue un proyecto cualquiera. Lo urdió quien fuera la más elevada inteligencia angélica y lo puso en práctica para su ruina: cayó de Luzbel a Satanás; cayó de la belleza deslumbrante hasta el Monstruo del Abismo. Todo se lo jugó, con tal de borrar la imagen y semejanza de Dios en el hombre. El costo de su proyecto tampoco fue cualquier costo, fue su eterna condena a los tormentos del infierno. Su valor satánico y su suicidio interminable pusieron de manifiesto el poder de la envidia para destruirlo todo, hasta a sí mismo, por la más espantosa forma de autodestrucción que es la soberbia.

Y nos previenen contra el soberbio autoengaño. Creyó (con la fe retorcida de los herejes), no sólo poder seguir incólume en su talento y belleza como Luzbel, sino vencer a Dios junto con el hombre por medio de la astucia.

A ese engañador hasta los extremos del autoengaño total es a quien Adán y Eva tomaron por guía; despreciando la imagen de Dios para tomar para sí la soberbia de realizarse sin Dios; desobedeciendo a Dios, a imagen del diablo su nuevo caudillo. Semejanza que los hacía absolutamente repulsivos a Dios y dignos del Infierno.

Sí, soberbia de realizarse sin Dios, exactamente como sus seguidores, los herejes que tienen la audacia de proclamarse cristianos pretenden realizarse sin la Iglesia, y sin la totalidad de los sacramentos que Cristo fundó e instituyó.

La Divina Sabiduría retrata al Maligno echando esto en cara a los judíos que pretenden matarlo con el mismo espíritu que Satanás manifestara, desde el principio, contra el hombre: «Vosotros sois de vuestro padre el diablo y queréis cumplir los deseos de vuestro padre. Este era homicida desde el principio, y no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él; cuando dice la mentira, dice lo que le sale de dentro, porque es mentiroso y padre de la mentira. (Juan 8:44)»

¡Vaya problema!

¿Cómo devolver al hombre la imagen perdida? El hombre no podía recuperarla. Su libertad lo había hecho capaz de decisiones irrevocables, capaces de mudar su naturaleza misma. La caída de su naturaleza lo degradó hasta el reino animal. Era ahora un animal aunque racional. En su naturaleza se debatían ahora esos extremos pugnando continuamente lo animal por dominarlo.

Y había una culpa. La culpa incesante de esa nueva imagen cuya libertad menguada y constreñida por lo animal, al ser imagen de quien era, se debatía en el fango de una concupiscencia y sexualidad desbordada capaz no solo de hacer sonrojarse a los ángeles, sino a las mismas bestias que no son depravadas, ni sádicas; y si mucho más dignas, y hasta menos torpes en sus apetitos. ¿Cómo podía rescatarlo el amor de Dios?

Los Misterios Gozosos Vuelta a la imagen de Dios

Estos Misterios nos llevan a lo inaudito: «Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.» (Juan 3:16) Veamos lo que significa “tanto”.

La inteligencia luciferiana supo del plan de Dios de hacerse hombre para encabezar a la Creación. Que Dios encarnara en la perfección humana creada podía tener sentido; pero, ¿y si el hombre accediera a abestiarse? Ciertamente, pensó, ¡Dios jamás se degradaría a esos extremos! Si lo lograba no sólo habría vencido con su plan al plan de Dios, sino que en vez del Dios Encarnado el jefe de la Creación sería él. Y sedujo a Eva.

Poseer una sexualidad animal placentera, y poder dominar a Adán por ese medio fue su proyecto por lo que se desprende de los términos de su condena: A la mujer le dijo: «Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos: con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará. (Gen. 3:16) Su rebelión para el placer recibe el castigo del dolor, y su deseo de dominio por el sexo a que en justicia sea la dominada.

Adán es castigado por hacer caso a su mujer anteponiéndola a Dios; seguirá al mando pero no ya de un paraíso, sino de una tierra rebelde y miserable. (Gen. 3:17)

Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: ella te aplastará la cabeza mientras acechas tú su calcañar.» (Gen. 3:15) Promete Dios al demonio hasta entonces triunfante la derrota, y bajo el pie de una mujer a la que es prometida la victoria.

Es profecía cumplida, sabemos quién, como, cuando y donde: El Ángel del Señor anunció a la Virgen su Maternidad Divina: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios.» Y la aceptación de la Sma. Virgen María aplasta el plan diabólico, la idea a la que se había reducido el Maligno: Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» (Lc 1:26-38). La naturaleza humana aplastada, y esclavizada a la insensatez de la violencia y de los vicios se encuentra de golpe divinizada: Dios ha Encarnado en María. La omnipotencia ha robado su triunfo al ladrón, la humildad a la soberbia. De ahí en adelante ya nada es imposible al hombre. La Resurrección ya no es sorprendente, puesto que lo sorprendente habría sido lo contrario. El Sí de María es el triunfo definitivo de Dios en la historia del hombre, el cumplimiento de la sentencia, el aplastamiento anunciado.

Tanto amó Dios al mundo que para asombro de los ángeles y los hombres se dignó encarnarse en la naturaleza caída para que esta volviera a ser semejanza de Dios. Tanto, ¡tanto así!

Pero donde el plan del diablo era sojuzgar permanentemente al hombre por medio de una sexualidad descontrolada como hoy la vemos hasta los extremos del aborto filicida y de la homosexualidad devastadora de la imagen de Dios; el plan de Dios era la restauración por medio de la virginidad, pureza y castidad como se manifestaron en la Sagrada Familia. Modelo para el sacerdocio católico y para toda alma consagrada de por vida al Señor. El modelo y distintivo de la Iglesia Católica, suyo, sólo suyo.

Con estos antecedentes de meditación damos principio a los

Misterios Gozosos
1er. Misterio: Anuncio del Ángel y el hágase de María; que nos da la Encarnación Divina, tenemos un Hombre-Dios y con Él somos de nuevo imagen de Dios. El plan del diablo consistente en impedir la Encarnación es aplastado por el ‘hágase’ de la Virgen conocedora del dolor que le esperaba junto con su Hijo. Dolor tan claramente descrito en las profecías de Isaías. Dios que jamás engaña dio la luz a la Santísima Virgen para su aceptación plena. Ella lo aceptó con todas sus consecuencias.

Misterio: La Visitación: El Espíritu Santo a través de Isabel la proclama “Madre de Dios”.

Misterio: El Nacimiento prodigioso, el Niño respeta la integridad virginal de su Madre.

Misterio: El Sacerdote Eterno entra en el Templo; Simeón llama al Niño luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo Israel y anuncia a María que una espada atravesará su alma.

Misterio: El Niño perdido es reencontrado en el Templo. ¿Por qué nos ha hecho esto? pregunta asombrada ante el mandamiento “Honrarás a tu padre y a tu madre” para recibir una respuesta en sus mismos términos: ¿No sabíais que debo estar en las cosas de mi Padre? El Niño cumplía con perfección. Los tres días que pasa perdido anuncian los tres días en el sepulcro, y llegado ese momento consolarán a la Virgen que comprenderá, en circunstancias peores el porqué fue necesario. Lo volvería a encontrar como entonces, ahora resucitado.

Misterios Luminosos
María, el Reino y la Misa.

La imagen y semejanza pasa del Hombre Dios a los hombres por el bautismo en el Jordán. Se repite la escena original de Génesis 1:26: “Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra…»” Dios, “Uno y Trino” habla en plural en Génesis. Tan plural como lo puede ser hagamos en vez de hago; tan plural como lo puede ser “Nuestra imagen” en vez de “Mi imagen”. Ahora, en el Jordán, revela la presencia individual del Padre que manifiesta en Cristo su renovada complacencia; su plena, su total complacencia como modelo a seguir por todos los hombres para agradarle como al principio. El Espíritu Santo desciende sobre el Verbo Humanado en forma como de paloma. Las Tres Divinas Personas certifican haber sustituido en Cristo ―Hombre Nuevo― al Adán primero. En Caná de Galilea Aquél Hombre Nuevo extenderá visiblemente la complacencia de la Santísima Trinidad a la Nueva Eva, la Siempre Virgen María dejando una sorprendente constancia: de la inicial negativa a la complaciente obediencia. Cumple el mandamiento de honrar a Su Madre. Señala el camino a la humanidad que desea su favor: la intercesión de María a la única a quien NADA PUEDE NEGAR. Y lo hace de manera tal que nos recuerda que sólo a Ella ha prometido como Dios la victoria, lo hace dándole el título de “Mujer” de Génesis 3:15, título también mesiánico a quién fuera creada para ser Su Madre, y su venganza contra Satanás; razón del combate contra ella de las sectas que así se autoseñalan como diabólicas.

Los Misterios Luminosos ya merecen el nombre por este hecho singular: enmarcan del principio al fin la vida pública del Señor con ese “Mujer” que a Su Madre da las únicas dos veces que se dirige a Ella, directamente, en el Evangelio. Su primer milagro público e inicio de su vida pública; y por segunda vez teniéndola al pie de la Cruz, traspasada de dolor, como Corredentora. La Promesa Mesiánica de Génesis 3:15 se refiere a ambos, a la Mujer y a su Descendencia. La única imagen de María encinta de Yahvé lo es también de origen celestial: La Virgen de Guadalupe de México.

La regeneración de la humanidad exigió la regeneración del hombre y de la mujer, no sólo del hombre. Exigía obviamente de una Nueva Eva como de un Nuevo Adán; no sólo por tratarse de una diferencia tan clara como sólo puede darse entre hombre y mujer, sino también por el pecado diferenciado, de distinta intención y gravedad como deja de manifiesto la distinta condena que recayera sobre Adán y Eva; y por las lesiones distintas a naturalezas diferentes que debían ser subsanadas. Estamos ante el Plan de la Redención por medio de la regeneración; de la regeneración por medio de la imitación, y de la imitación por modelos irrenunciables. La libertad subsiste en medio de la lucha prometida: «Enemistad pondré» dijo Dios en Génesis 3:15; y fueron dos, la primera entre Satanás y la Santísima Virgen; y la segunda «entre tu descendencia y la suya».

La predicación del Reino es una lucha a muerte, y muerte de Cruz.
La imagen y semejanza rige desde el principio para la lucha entre Cristo y Anticristo. Contra la imagen de las complacencias del Padre en Jesús y María, está la imagen de los hijos del Diablo (Juan 8:44). La que tenemos la obligación de denunciar y combatir con Cristo y a imitación de Cristo. San Juan Bautista es el precursor del Señor para denunciarlos: Pero viendo él venir muchos fariseos y saduceos al bautismo, les dijo: «Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la ira inminente? (Mt 3:7) La sola mención de “Raza de víboras” nos lleva a Génesis 3:15, es anuncio de su cumplimiento. Informa que “La Mujer y Su Descendencia” están ya en la tierra para dar cumplimiento a la Promesa. Jesucristo refrenda con las mismas palabras “Raza de Víboras” dirigidas a los mismos judíos. Añade “Sepulcros Blanqueados” e “Hijos del Diablo”. Es la lucha prometida interminable, el «enemistad pondré» de Gen. 3:15. ―Jesucristo nos recuerda nuestro puesto en el combate: «El que no está conmigo, está contra mí» (Mateo 12:30) La sinagoga de los judíos queda marcada para siempre, entregada para siempre a Satanás (Ap. 2:9 y 3:9). El Apocalipsis nos lleva más allá del fin del mundo, hasta los cielos nuevos y la tierra nueva donde “El mar no existe ya” pero la condena a la sinagoga no es levantada jamás. Jesucristo va siempre al choque contra el enemigo, los primeros cristianos igual. No se transforma al mundo ni se imita a Cristo con tibiezas: A los tibios los escupiré de mi boca (Ap 3:16). La imagen de los hijos del Diablo se manifiesta promoviendo el aborto, la homosexualidad, la eutanasia, las sectas, y los partidos políticos masónicos. Es la Gran Ramera del Talmud de Babilonia, la sinagoga de Satanás. (Apocalipsis 17:5 y ss.) Las blasfemias del Talmud son contra la Virgen y contra Jesús.

La predicación del Reino se inicia con milagros para culminar con el mayor
El sentido del Reino está en su omnipotencia: Jesús les respondió: «Yo os aseguro: si tenéis fe y no vaciláis, no sólo haréis lo de la higuera, sino que si aun decís a este monte: "Quítate y arrójate al mar", así se hará…» (Mt 21:21) ¿Podemos dudar de los milagros? Recordemos la fe de Hernán Cortés que quitó mucho más que un monte de su camino, conquistó México entero.

Los milagros se suceden interminables, pero el resultado es muchas veces contraproducente, asunto que debemos recordar a quienes creen que a fuerza de milagros es como Dios podría cambiar al hombre y convencerlo. «¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que en sayal y ceniza se habrían convertido. (Mt 11:21) Gran número de judíos supieron que Jesús estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron dar muerte también a Lázaro, porque a causa de él muchos judíos se les iban y creían en Jesús. (Jn 12:9-11) La lección es clara: Donde no hay humildad, no sólo irrita la recta razón, sino los milagros mismos encienden la ira contra Dios y desatan la sed de venganza en contra de sus servidores. Esa falta de humildad es la que alimenta de soberbios las sectas.

La institución simultánea de los dos sacramentos centrales el ― Orden Sacerdotal y la Eucaristía ― se celebra una sola vez y de cara al Calvario. Si fuera sólo la Cena del Señor como afirman los herejes, el Señor la habría celebrado no sólo muchas veces, sino siempre con sus discípulos; pero refiriéndola al Calvario tendría lugar una sola vez, y tan solo horas antes. Es por tanto el Santo Sacrificio de la Misa. El Señor consagra por separado el pan y el vino. El Cuerpo y la Sangre por separado simbolizan la muerte que se da al separar la Sangre del Cuerpo. Es a la vez el anuncio solemne y la consumación. Toda Misa se refiere al único Sacrificio del Calvario. Es su prolongación en el tiempo como el Calvario es el centro de convergencia de todas Ellas. Incruento en los altares, es sin embargo Sacrificio renovado, ya que como explicó el Señor a Conchita Armida, Él se da en cada Misa, se da siempre por entero, y darse siempre cuesta.

Si todos los sacramentos requieren actualizarse y personalizarse para cada uno, ―hasta el bautismo sin que baste con el del Jordán― con mayor razón debe la Misa ser diaria. El privilegio de hallarnos ante El Calvario del Altar está en poder ofrecerlo al Padre como Él lo pidió, ofreciéndonos con Él: «Haced ESTO en memoria Mía». Su entrega total por amor al Padre y a nosotros es lo único que repara el pecado del mundo, llenando de vida al mundo.

Los Misterios Luminosos
1er. Misterio: El Bautizo del Señor en el Jordán, creación sacramental del hombre nuevo.

Misterio: Milagro de las Bodas, exaltación de La Intercesora como Nueva Eva, llamándole "Mujer" conforme a Génesis 3:15

Misterio: Predicación del Reino que justifica el Dolor Redentor y su omnipotencia.

Misterio: Transfiguración del Señor, radiante entre Moisés y Elías se escucha de nuevo la voz del Padre señalando su predilección y la infinita grandeza de Su Hijo que rebasa la de Moisés y Elías: «Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle.» (Lc 9:35)

Misterio: Institución de la Eucaristía y del Sacerdocio. La esencia misma de la Iglesia.

Los Misterios Dolorosos

La libertad es algo serio porque tiene consecuencias reales, y hasta definitivas.

El Padre es el Legislador, sus leyes vida. Y el único Juez su Verbo Eterno: « Porque el Padre no juzga a nadie; sino que todo juicio lo ha entregado al Hijo,» (Juan 5:22)

Y este es el drama de la Redención: Para dejar sin castigo al culpable el Juez debe tomar su lugar ¡en el castigo!; de otra manera la justicia sería burlada, y el legislador sería ridiculizado. La ley que es inmutable en cuanto perfecta, no puede variar sin hacerse imperfecta. Y el juez vale por su fidelidad incondicional a la Ley.

Para padecer el castigo reservado al hombre en el lugar del hombre, el Eterno Juez tenía que hacerse hombre. Sólo en cuanto Hombre-Dios podía mostrar a los hombres la manera de hacerse de nuevo semejanzas de Dios. Dos problemas se resolvían así simultáneamente: La luz del Modelo para que copiándole, imitándole, se reencontrasen unidos a Dios; y el pago Redentor.

Por eso, nuestra fe no es asunto trivial de valores; es religión de modelos perfectos: de hombre Jesucristo; de mujer María Santísima; de familia, la Sagrada Familia. Religión de modelos que se multiplican exitosamente en cada santo, y en cada santa. Es en ellos, y en la única Iglesia capaz de producirlos donde vemos confirmada la exigencia perenne de la imagen y semejanza.

Para que el Padre pueda ser reconocido en sus hijos. ― Para que los hijos lo sean de su Padre.

Confirmemos de nuevo: «No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel Día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?" Y entonces les declararé: "¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!" (Mt 7:21-23) El modelo lo es por sus obras, se le imita en sus obras, sólo podemos ser cristianos cabales haciendo las obras de Cristo: la imagen y semejanza al copiarle en su obrar.

El Hombre nuevo, purificado por el dolor
Tres esclavitudes quedaron al hombre para borrar en él la imagen de Dios: 1) A la soberbia y malicia del demonio. 2) A la debilidad de la carne. 3) A las exigencias del mundo corrompido.

La carne con sus vicios deforman a tal grado su imagen haciéndola irreconocible que: Dios miró a la tierra, y he aquí que estaba viciada, porque toda carne tenía una conducta viciosa sobre la tierra. Dijo, pues, Dios a Noé: «He decidido acabar con toda carne, porque la tierra está llena de violencias por culpa de ellos. Por eso, he aquí que voy a exterminarlos de la tierra. (Gen. 6:12-13) Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es un esclavo. Y el esclavo no se queda en casa para siempre; mientras el hijo se queda para siempre. (Jn 8:34-35) El Hombre Nuevo tenía por consiguiente que ser, el supremamente libre.

La recreación del hombre, reiterada a Nicodemo. Sólo complace al Padre el Hombre nacido de nuevo del agua y del Espíritu señalado por las Tres Divinas Personas en el Jordán. Como que se trata de una nueva criatura. Jesucristo lo repite a Nicodemo: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios.» (Jn 3:5)

Pero no basta con nacer, es necesario seguir con vida. No basta por tanto con el bautismo, todo nacimiento conduce a la muerte cuando no hay alimento adecuado. Nacer a la vida divina exige igual alimento. No sólo de la palabra que explica, sino de la Substancia Eterna del Padre como sólo el Hijo la comparte. Substancia asimilable directamente del Cuerpo y la Sangre del Señor.

Esta Nueva Vida para el hombre la ejemplifica Jesús. La fuente de la alegría es la libertad, y la fuente de la libertad es la renuncia, ya que nuestra voluntad sólo nos sujeta y somete a los bienes, nunca a los males.

Todo en Su vida lo rige el amor al Padre, pero su ejemplo es invitación a los demás a su entrega total. Entrega que sólo en cuanto total es digna del Padre, así lo afirmó siempre El Mandamiento Primero.

No encontramos los hombres mayor bien en el mundo que las mujeres, ni tampoco atadura más fuerte. Cristo renuncia. ¡Fuera noviazgos! Sólo lo entenderá su sacerdocio católico.

Le siguen casi a la par el poder y el dinero. ¿Qué dice Jesús? La bolsa para el ratero, Judas es nombrado tesorero. Nunca fue tan despreciado el dinero.

Le sigue la popularidad: Jesús no tiene respetos humanos, va al choque permanentemente contra los bribones del Templo; y de la popularidad fácil se aparta. Quieren hacerlo Rey, se oculta.

La paz de los suyos: Tampoco la busca, convive con el mayor traidor de todos los tiempos dándole oportunidad de salvación, o de condenación, clarísima.

Algo de comodidad: No tiene por suyo ni donde reclinar la cabeza.

Al menos la buena fama: Elige por nosotros la pasión más ignominiosa.

Salud en bienestar: Elige por nuestra salvación el tormento.

Vivir: Gustoso fue, por ti, y por mí, a la muerte.

Y como nada pudo retenerlo, ¡tampoco podría la muerte! ¡Y resucitó!

Y ya resucitado nos dejó la medicina más necesaria. La que nos permitiría alimentarnos de su Vida Divina en la Eucaristía: El confesionario con su poder para perdonar en manos de sus ministros, «Los pecados que perdonéis serán perdonados; los que retengáis quedarán retenidos. (Jn 20:23)

Este es Jesús. Esta es la fuerza del Hombre Nuevo. Esta es la vitalidad de su Iglesia.

Los misterios dolorosos
1er. Misterio: La Agonía de Jesús en el Huerto. La perfecta inocencia y pureza toma sobre sí todas nuestras vergüenzas y traiciones, crímenes y delitos. Todo el horror que eso significa a la pureza e inocencia perfectas, para expiar por ello. Todas nuestras inmundicias para presentarnos ya lavados con Su Sangre al Padre. Es tal el horror que lo exprime que suda sangre en abundancia.

Misterio: La Flagelación. Viendo las huellas en la Sábana Santa, los seiscientos impactos de los plomos atados a los látigos no queda duda de que trató Poncio Pilato de darle muerte por ese medio. Lo había declarado inocente varias veces, era la salida fácil para no quedar en ridículo y para tampoco darle gusto a los judíos que ya lo tenían harto.

3er Misterio: La coronación con espinas. Desde la cabeza hasta las llagas en los pies era el Varón de Dolores anunciado por los profetas, sobre todo por Isaías. La cabeza humana rebelde en sus ideas, maligna en sus pensamientos, soberbia en sus ambiciones recibía así compensación redentora. Freno sobrenatural a quienes lo quieran. Por sus llagas hemos sido curados.

Misterio: Jesús con la Cruz a cuestas nos invita a seguirle como Camino, Verdad y Vida. Y lo hace dolíendose también por su madre ; dolor moral añadido, ¡el más grande!

Misterio: Crucifixión y Muerte con María Corredentora al pie de la Cruz. ¡El triunfo total!

Misterios Gloriosos
El Paraíso Recuperado

Había prometido que las Puertas del Infierno no triunfarían, pero ninguno de sus oyentes imagino que quisiera dar pruebas de ello de manera tan increíble y tan inmediata.

¿Qué mayor triunfo podían haber logrado Satanás y su descendencia que su muerte, a la que lo llevaron en la forma más humillante para destruir su enorme prestigio entre el pueblo judío, además del que había alcanzado con griegos y romanos que habían atestiguado igualmente su infinito poder con la resurrección del putrefacto cuerpo de Lázaro?

Tres días el rabínico infierno disfrutó de su triunfo, fatal preludio a la más terrible derrota que significó su resurrección gloriosa primero; y después las destrucciones, verdaderos holocaustos a manos de los ejércitos de Roma los años 70 y 135 de la Era Cristiana.

Dios cumple lo que promete, y El Señor se los había sentenciado: "Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad." (Mt 22:7) Y sus ejércitos ya no eran los de Israel, sino los de Roma.

La Iglesia del Resucitado conquistó Roma, y con ella al mundo. Así lo había prometido a Su Pueblo Elegido, y la historia es irrefutable. Su pueblo ya no lo era el pueblo judío entregado a la destrucción los años 70 y 135, y a la impotencia por más de mil años después; lo era su Iglesia que, desde Roma, gobernaba al mundo.

Señales estas, que los herejes no pueden ver ni por la historia que presenta consumada la omnipotente voluntad de Dios glorificando a Roma: "Y dijo Jesús: «Para un juicio he venido a este mundo: para que los que no ven, vean; y los que ven, se vuelvan ciegos.» (Jn 9:39) ¿Quién puede sorprenderse de la ceguera herética si deverás cree que Jesucristo es Dios?

Pero el triunfo total de la Iglesia tenía que apoyarse en los triunfos del Nuevo Adán y de la Nueva Eva, sin los cuales la Iglesia no habría triunfado jamás:

Misterios gloriosos
1er Misterio. La Resurrección del Señor, la derrota definitiva de la muerte, el tiempo conduce a nuestra resurrección en seguimiento suyo...Si somos sus seguidores.

2º Misterio: Su ascención al cielo. El Rey de la Gloria retorna a Su Trono. Ahora victorioso como hombre tras devastar el reino del maligno que queda así separado para siempre en el infierno al que van sus secuaces. Volverá como Juez.

3º Misterio: El Espíritu Santo toma posesión de la Iglesia descendiendo sobre María Santísima y los apóstoles reunidos en el Cenáculo. Los apóstoles antes cargados de dudas, temores e indecisiones son llevados a la plenitud del Hombre Nuevo. Los humildes pescadores reciben tal poder que el mundo entero se rendirá a su predicación. La fuerza que recibieron es ya la de la Iglesia por su Dueño. Sin extendernos a más ejémplos impulsará a Cortés y nos dará México.

4º Misterio: La Asunción de la Santísima Virgen en cuerpo y alma a los cielos. Esta convicción la tuvo siempre el pueblo cristiano. Esta convicción fue el fundamento de la proclamación dogmática por S.S. Pío XII en 1950. Pero es sobre todo la conclusión ineludible de Génesis 3:15-17. La Nueva Eva es tan triunfante como el Nuevo Adán. 1300 años antes de Cristo Dios mandó: Honrarás a tu padre y a tu madre. Mil trescientos años antes, para que ni entonces ni hoy, las babas de los herejes puedan en el satanismo de su soberbia afirmar que Dios, Jesucristo, no cumple sus propios mandamientos. ¡Así la honró!

5º Misterio: ¡Y más aún! El que dio el mandamiento, y nació de Ella para honrarla ¿va a tolerar sin castigo a los herejes que la ningunean y lo blasfeman como incumplidor de sus propias leyes? A los enemigos de Su Madre les reserva el peor lugar de los infiernos. Como reveló a Sor Faustina: "Que nadie se extrañe de mi gran paciencia, ¡consideren que tengo la eternidad para vengarme! Si Dios no hiciera justicia ni a su propia Madre, ¿que podría tener de bueno? Es por ello que el Santo Rosario culmina con este Misterio: La Coronación de María Santísima como Reina y empreatriz de Cielos y Tierra.

Meditaciones finales
La imagen y semejanza es el fundamento, la clave del queacer teológico. La explicación esencial de nuestro ser católico. Génesis 3:15 es la campanada que inicia nuestra historia, histioria del hombre, historia de redención.

Y nadie comienza nada a la mitad. Sin el principio ni entendemos ni construimos, es el principio lo esencial al todo. Nadie quiera por tanto prescindir del Génesis. Su lección nos recuerda las palabras de Jesús: En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito.(Lc 10:21)

Los sencillos, que jamás han tenido que presumir de iluminados como tienen necesidad los que viven en tinieblas, saben sin rebuscamientos que en la lucha entre el bien y el mal sólo hay dos bandos. Que sólo puede haber dos. Y ni uno más. Eso mismo nos dice Génesis 3:15 "Enemistad pondré entre tí y la mujer, y entre tu descendencia y la suya; y ella te aplastará la cabeza mientras acechas tu su talón". Lo dice Dios hasta en la geografía y por la ruta del sol en: www.ennombredeguadalupe.blogspot.com

A los modelos católicos se oponen los de la Sinagoga de Satanás, y por sus frutos los conoceréis: aborto, homosexualidad, eutanasia, drogas, violencia, irreligiosidad, blasfemia. Los responsables están ocultos a grado tal, que Jesús da por sentado que no podremos descubrirlos y denunciarlos debidamente. Desde el Evangelio nos informa el final: mandará a sus ángeles, los cuales separararán a los malos de los buenos: atarán la paja para echarla al fuego del infierno, y llevarán el grano a su granero. Harían bien en recordar, si en condiciones de hacerlo, que Él, Jesucristo -- El Redentor a quien incesantemente blasfeman, traicionan y combaten-- tiene la eternidad para ejercer su venganza.

Como que el Infierno existe y es eterno. Ya desde el Antiguo Testamento Isaías anuncia al gusano que nunca muere, y el fuego que no se apaga.

El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. (Mc 16;16)

¡Quién como Dios!